Escapes Sonoridad Variable

Escapes Sonoridad Variable

para así aumentar su sonoridad. Siguiendo las pautas marcadas por los usuarios de Harley, la tendencia de hacer sonar los escapes en toda su plenitud se ha extendido durante los años. En el caso de las Harley, lo más habitual es que se cambie el escape casi en el mismo momento de su compra, pues el sonido de éstas es uno de sus grandes atractivos. En el caso de las custom japonesas, los usuarios han tenido que esperar a que los fabricantes se decidieran a fabricar motores V-Twin de gran cilindrada, pues la mayoría de motores pequeños no ofrecían el tono deseado con escape libre o semilibre, cosa que ahora, con motores de hasta 2.000 cc, ya no supone un problema. Los antiguos motores boxer de BMW o los V de Guzzi merecen una mención aparte, pues hace décadas que consiguen un sonido muy similar al de Harley con escapes abiertos.

Qué problema implica todo esto? Como siempre, la legalidad de los accesorios o transformaciones que aplicamos a nuestras motos custom. El exceso de decibelios puede ser motivo de sanción o incluso de inmovilización de nuestra moto. Sobretodo lo es en las grandes ciudades, en las que a los agentes de “tráfico” se les exigen más multas por día y kilómetro cuadrado para alimentar las arcas del ayuntamiento.

Solución?
Varias opciones, cada una con diferentes costes económicos. Como ejemplo tomaremos al distribuidor Kess-Tech (importador alemán de Supertrapp), pues dispone de casi todas las opciones:

La 1ª y más sencilla es la de disponer de un escape con tapa y varios discos para graduar el sonido con la tapa montada. Cuantos más discos pongamos al final del escape, más aumentará la sonoridad, pues los gases son expulsados por el lateral del disco: más discos = más apertura lateral. Si queremos dejar el escape semilibre, sólo tendremos que desmontar la tapa final, con lo que los gases serán expulsados directamente hacia atrás, y no lateralmente. Para mayor comodidad, Supertrapp dispone de unas tapas de apertura graduable mediante llave Allen, con lo que nos evitaremos desmontar la tapa y conseguiremos un cambio de sonido en cuestión de segundos cuando convenga (salida del bar a las 3 de la madrugada, control policial de sonido, etc.). Precio: a partir de 650 euros aprox.

La 2ª opción es la de los silenciosos con una apertura mecánica, pero regulada mediante un motor eléctrico. La ventaja es que podemos cambiar la sonoridad sin bajarnos de la moto, simplemente pulsando un botón. El sistema de apertura es manejado por el motor eléctrico mediante sirgas internas de los silenciosos. Este sistema es ilegal, pues están prohibidos los dispositivos para variar el sonido, que se puedan utilizar sin bajar de la moto. El precio de Supertrapp es a partir de aprox. 1.200 euros, aunque hay otro fabricante, Peacemaker, que ofrece un sistema similar por unos 700 euros. El producto de este fabricante es distribuido por National Cycle

3 ª opción: Es el mismo sistema eléctrico que el anterior, pero el momento de la apertura de los escapes lo decide una centralita electrónica, dependiendo de la marcha insertada y de las revoluciones del motor. Es decir, que normalmente este sistema se activará circulando por carretera en marchas largas y nunca en casco urbano. Tiene la opción de desconectar el sistema mediante un interruptor, por lo que la sonoridad se puede dejar de origen siempre que se quiera. Este sistema no es ilegal, pues el cambio de sonoridad no es regulable manualmente. El precio es a partir de unos 1.600 euros

4ª opción: Creemos que ésta opción de momento sólo está disponible para las Harley big-twin de 1.595 cc. Estas Harley disponen de serie de un sistema que sólo abre el 2º escape (más sonoro que el 1º) a partir de cierta marcha y de ciertas vueltas, con lo que sólo funciona circulando en carretera. Para poder disponer del mayor nivel de sonoridad en cualquier marcha y en cualquier gama de revoluciones, Kess-Tech ofrece un relé que mantiene siempre abierto el 2º escape. Precio aprox. unos 120 euros.

Y dicho esto y a partir de aquí, cada uno que elija lo que más le convenga a su bolsillo, a su comodidad, y porqué no, a sus vecinos.